Silvio Berlusconi se siente acosado. En Italia no se habla de otra cosa que de la posibilidad de que su fin esté cerca, y el primer ministro ve un enemigo en todo aquél que se atreve a llevarle la contraria. Él mismo alimenta la teoría de que hay un complot para echarle del poder y amenaza en privado con convocar elecciones anticipadas el próximo 21 de marzo, fecha de las elecciones regionales.
El político y magnate de la televisión está nervioso. Ataca al sector de
De paso, como para desalentar a sus posibles rivales, repite hasta la saciedad que es el mejor primer ministro de la historia de Italia, el más longevo en el poder y el más apreciado por los italianos.
Criticado en su partido
Quién le ha sacado definitivamente de sus casillas es su compañero en el partido Pueblo de
Fini compara el partido con un "cuartel militar" a las órdenes del general Berlusconi, se entiende y se pregunta por qué su jefe parece temer las investigaciones sobre la mafia.
Berlusconi se queja ante sus fieles de que Fini busca su "muerte política". También recela desde hace meses de la industria y de la banca, convencido de que el recambio ya buscado en caso de que él caiga sería el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, o el ministro de Economía, Giulio Tremonti.
Vuelve a cobrar fuerza la hipótesis de un nuevo partido de centro derecha
Un político clave como Pier Ferdinando Casini, dirigente del partido de centro católico UDC, alimenta estos temores, con declaraciones en las que afirma que "la era post-Berlusconi ha empezado".
Casini ha encendido las alarmas del primer ministro al invitar a Fini a un acto de su partido este fin de semana. Hace dos años se sospechaba que ambos planeaban formar un partido de centro derecha, pero el proyecto quedó en agua de borrajas.
Ahora la hipótesis de un nuevo asalto cobra fuerza en los pasadizos del Parlamento italiano y se cuenta con un tercer hombre para el nuevo partido, el presidente de
Sin embargo, crear ahora un partido alternativo al PdL no sería fácil. Casini ya hace tiempo que sueña con una formación que se constituya como heredera definitiva de
Aún así, en el partido muchos creen que Fini ha llegado demasiado lejos en sus ataques al primer ministro y piensan que formará su propia formación, que podría aliarse con la de Casini. Fini lo niega, lo que refuerza a los que creen que con sus desaires sólo pretende buscar protagonismo para eclipsar a sus rivales dentro del partido de Berlusconi en la carrera por la sucesión.
Aunque dañado en su imagen por el escándalo de las prostitutas y velinas que le persigue desde hace meses y le ha enfrentado a un sector de la iglesia, Berlusconi aún tiene opciones de consolidar su poder, tanto si decide convocar elecciones anticipadas como si sale airoso de las regionales.
Pero en octubre
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